Los selladores dentales son recubrimientos de plástico que suelen colocarse en la superficie de masticación de los dientes posteriores permanentes, o los molares y premolares. Estos selladores ayudan a proteger los dientes posteriores de la caries.
Las superficies de masticación de los dientes molares y premolares presentan surcos - "fisuras"- que las hacen vulnerables a la caries. Estas fisuras pueden ser profundas, son difíciles de limpiar y pueden ser más estrechas que una sola cerda de un cepillo de dientes. La placa se acumula en estas zonas, y el ácido producido por las bacterias de la placa ataca el esmalte, permitiendo que se desarrollen las caries. El flúor ayuda a prevenir la caries y a proteger todas las superficies de los dientes. Los selladores dentales proporcionan una protección adicional a las zonas ranuradas y picadas al proporcionar una superficie lisa que cubre la zona fisurada.
El primer sellador dental suele colocarse en la fisura del primer molar permanente, una vez que la superficie masticatoria del diente ha erupcionado completamente más allá de la línea de las encías. Este diente crece detrás de los dientes de leche. Si las superficies de masticación de estos dientes están selladas, el sellador dental ayudará a proteger el diente. Excepto las muelas del juicio, que salen mucho más tarde, los molares y premolares siguen saliendo hasta los once o trece años, y las superficies de masticación de estos dientes pueden sellarse después de que hayan salido más allá de la línea de las encías.
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